Hoy en día existe un creciente debate
entre los mercados desarrollados y los emergentes como alternativas de
inversión. Si el atractivo de los mercados emergentes resulta en muchos
casos su gran población, el de los desarrollados resulta de su
estabilidad y tradición.
Si profundizamos un poco el atractivo de
los mercados emergentes, encontramos que tienen una gran demografía pero
que a su vez no es una garantía de afinidad cultural en muchos casos,
cuántas veces escuchamos empresarios o gobernantes que dicen " vamos a
hacer que millones de chinos consuman nuestro producto". ¿ Pero es esto
una garantía que sus gustos van a ser similares a los que se están
ofreciendo o vendiendo en ese momento?. En mi punto de vista, este
aspecto pasa por diferentes variables: el tipo de empresa, el tamaño,
los objetivos de la misma, su grado de compromiso frente a la
internacionalización y otros aspectos de tipo externo tales como: la
cultura, la demografía, los gustos, el entorno para hacer negocios entre
otras.
Mi inclinación personal hacia los mercados
desarrollados radica en que la estabilidad que presentan estos países
es símbolo de garantía aunque por otra parte los mercados emergentes son
alternativas para explorar crecimiento y desarrollar planes de
expansión creativos que le permitan a la empresa no sólo crecer en
cifras de ventas sino también internamente.
Hoy en día encontramos que el comercio global se
encuentra cada vez más a la espera de llegar a acuerdos comerciales y
tratados que le permitan a los países entrar de una forma masiva o
negociar con varios países al mismo tiempo. En el nuevo milenio se ha vuelto tendencia el negociar tratados con bloques
comerciales como la Unión Europea por ejemplo. Lo cual facilita
ampliamente la llegada de los productos no sólo a un destino sino varios
al mismo tiempo, si bien es cierto la Unión Europea está compuesta por
países que en muchos casos ni siquiera hablan el mismo idioma o tienen
costumbres idénticas, pero a su vez, con la creación de organismos supra
estatales, tales como; el Banco Central Europeo, el parlamento, la
corte, etc, hace que las negociaciones sean en bloque y que estos
organismos se encarguen de representar los intereses nacionales.
En cuanto los bloques económicos en muchos
de ellos no hay homogeneidad en los niveles económicos o en los
sistemas políticos, tal vez no haya afinidad en la calidad de vida o el
consumo, pero al ser bloques que están representados por organismos muy
estructurados, hace que sea un factor a tener en cuenta a la hora de
entrar a un país a una región.
En algunos casos los países emergentes no
son apetecidos ya que para países pequeños, no es muy igualitario o
balanceado el hecho de competir o tener cero aranceles frente a un país
que cuenta con una demografía amplia y un aparato productivo gigantesco,
con bajos costos de manufactura. No en vano China es un arma de doble
filo a la hora de llegar a negociar algún tipo de integración económica
con dicho país.
Hay factores clave a tener en cuenta a la
hora de escoger un mercado, pero en mi opinión, el tipo de producto y
los objetivos de la empresa son dos razones de peso para hacer esta
elección. En todo caso, es potestad de la empresa, el poder escoger un
país estable y tradicional en su crecimiento económico o un mercado
emergente en el cual el ciclo de vida del producto y el potencial de
crecimiento a medio y largo plazo en algunos casos está por encima de la
media en los mercados tradicionales.
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