Sodreuca selaicremoc o Acuerdos Comerciales
Si, han leído bien, Sodreuca
selaicremoc, esa es la forma en la cual los empresarios académicos y dirigentes
de nuestro país leen los acuerdos comerciales, al revés. Eso no tiene nada malo
sino repercutiera en La economía de las regiones o más directamente en la
vocación industrial o de sectores en particular.
Ahora bien, haciendo una comparación
con algo cotidiano, podríamos imaginar una bicicleta de aquellas que utilizan
los grandes corredores del tour de Francia o alguna carrera de prestigio, se
diría que es un aparato liviano, sofisticado, con toda la tecnología del siglo
XXI, Ésa misma bicicleta podría ser un Tratado de Libre Comercio, un TLC bien
negociado con todas las características que le permitieran a un país como
Colombia llegar algún día al podio del desarrollo económico pleno.
Pero la realidad es otra, encontramos
que esa bicicleta está ahí, pero nosotros lo que estamos visualizando es un
triciclo y nos conformamos con montar un pequeño aparato que no sirve para
llegar a algún lado, ¿alguna vez han visto un adulto montar un triciclo?
precisamente esa es la sensación que me queda después de ver la forma como se
negocian, y por qué no, llamémoslo por su nombre y apellido, se desaprovechan
los tratados de libre comercio. Esa bicicleta que no vemos porque de una u otra
forma estamos segados ante muchas cosas que se nos ofrecen como país y los TLC
no son una excepción para un país como el nuestro.
Los tratados son un tema controversial
en el mundo y como tema controversial, en Colombia se agudiza o se menciona de
una forma particular, a nuestra manera, entonces hay quienes piensan que son un
artefacto elaborado por personas con intereses oscuros que se les puede culpar
de todo tipo de problemas por los cuales atraviese un país, o existen los optimistas que nos impulsan a subirnos a
esa bicicleta para cerrar los ojos e ir hacia arriba sin parar y sin medir las
consecuencias de todo ello, ¿ quién podría tener la razón? vale la pena mirar
algunos casos para entender un poco más la problemática sin tener que irnos muy
lejos. Países Como Perú que uno diría que podría estar mirando el triciclo
también como nosotros, no lo hace, desde hace tiempo le están apostando a
generar valor agregado a sus productos y convertirse en una despensa agrícola
para muchos otros países. Todo esto se logra a través de tecnificarse, ser
organizados y saber que esa bicicleta lo lleva a uno a algún destino sin
necesidad de colocarle mucho misterio al asunto. Países como Chile, que desde
hace rato nos está mostrando el camino con la comercialización de productos que
ya son reconocidos en el mundo o mirando un poco más al norte, México cuyo
sector industrial representa el 82% de toda su producción, pero nada es
casualidad, en Colombia tenemos bastantes obstáculos para llegar a echar andar
esa bicicleta, nuestros costos logísticos con referencia a los países que se
acaba de mencionar, representan tres veces más en términos económicos para los
exportadores, bueno en otras palabras, tenemos que pagar tres veces más que los
peruanos o los chilenos por llevar los productos a diferentes destinos.
Por otra parte dichos países han
mirado otras regiones desde hace ya mucho tiempo, ya no es un secreto que Perú
o Chile han utilizado esa bicicleta para llegar a destinos que a nosotros tal
vez nos parecen muy lejanos, como los países asiáticos, los cuales pueden
llegar a representar el 50% de la economía mundial en los próximos años y si se
mira desde un punto de vista negativo, solo un país asiático como China
representa El 87% del déficit comercial de Colombia, es decir, nosotros
llegamos muy poco con nuestro triciclo y ellos llegan acá constantemente en esa
bicicleta de última tecnología que han confeccionado para llegar a todas partes
y de forma masiva.
Es paradójico que en un país como
Colombia lleno de campeones o de ciclistas destacados, no utilicemos todos
nuestros recursos, ingenio, creatividad y disciplina para utilizar el medio de
transporte como ellos mismos nos lo han enseñado, muchos de ellos se criaron
como campesinos y llegaron a forjar su disciplina en la bicicleta transportando
productos del campo de un lado para otro o transportándose simplemente porque
era el único medio o el único accesible para ellos, esto es una lección para
todos, para todas las personas que nos preciamos de tener conocimiento en estos
temas, para todas las personas que se precian de tener industria o que se precian
de tener el poder para transformar este tipo de situación.
En conclusión, el tema no debe ser
una cuestión de sectarismos, ni dogmas, debería ser un esfuerzo colectivo por
ver las oportunidades, generar valor agregado además de colocar los ojos y el
corazón hacia dónde debe apuntar lo que creemos que un país como Colombia está
en la capacidad de dar. Ahora bien, para responder la pregunta sobre a quién
darle la razón, a mi modo de ver, la bicicleta es un medio que está en nuestras
manos, debemos estar a la altura para saber qué hacer con ella, al mismo tiempo
resolver el dilema de si la vamos a ver como lo que es, una bicicleta o si
vamos a pasar décadas y décadas culpándonos porque no la utilizamos como
debiéramos.
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